En el día de ayer Fernando Rivarés publicó un Twet en el que decía “En mi ciudad no cabe el odio”, a raíz de la polémica creada por dar la medalla de Oro de la ciudad a la alcaldesa de Barcelona Ada Colau.

Sin entrar al fondo de ese asunto, sí que nos gustaría recordarle al equipo de gobierno de ZEC, lo que dice el refranero popular: ¡¡Qué fácil resulta eso de ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio!!

¿Qué nos tienen que decir de que un año más permitan esta “fiesta”? Muy triste. Con el beneplácito del equipo de gobierno.

Por no hablar de su concejal estrella, D. Alberto Cubero, Concejal de verbo fácil, sectario como pocos y ferviente seguidor de la asamblea constituyente venezolana. Ese es él.

Muy activo en redes sociales, a colación del conflicto catalán, se permitió los devaneos típicos de estas personalidades con frases como “comprueba que el franquismo no acabó en España”.

No tuvo suficiente con publicar Twets incendiarios constantemente si no que en sus devaneos, se  permitió el lujo de escribir el siguiente Twet:

La cuestión, que tiene su importancia, adquiere mayor relevancia cuando el citado Twet manipula la realidad.

La imagen es de otra protesta, contra la austeridad en el año 2013, y el cuerpo que está actuando son los Mossos.

Le recomendamos encarecidamente se lea el artículo de El País firmado por Félix Ovejero, profesor de la Universidad de Barcelona y Alejandro Molina, abogado, publicado el mismo día que su Twet titulado “¿Dónde está la desproporción?”. La opinión pública debe asumir con madurez democrática cómo funciona el Estado, cualquier Estado, ante la desobediencia de las leyes”.

Por cultura democrática.

La confianza cuesta mucho ganarla y poco perderla, un concejal manipulador debería dimitir.

A día de hoy todavía no se han enterado que gobiernan para todos los ciudadanos, no solo para los “suyos”.

Pero la cosa ya le viene de lejos, en el pasado ya dedicó varios Twets a la Policía Nacional, lo que hace que nos preguntemos “¿no crea un patrón de odio?”